Los alimentos se encuentran expuestos a microorganismos dañinos todo el tiempo. Patógenos, que se encuentran desde el suelo que pisamos hasta en las manos, pueden contaminar los alimentos con un ligero contacto, provocando enfermedades graves.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos o intoxicaciones alimentarias son aquellas enfermedades que se producen al ingerir alimentos contaminados por bacterias (como salmonela, listeria…) o las toxinas que estas producen en los alimentos (como la toxina botulínica), virus (como hepatitis A) o parásitos (como el anisakis).
¡Protégete a ti y a los tuyos! Para evitar estas intoxicaciones, es muy importante seguir unas normas de higiene rigurosas durante la preparación y conservación de los productos, asegurando también su protección.
LIMPIA
- Lávate las manos antes de empezar a preparar alimentos, después de manipular alimentos crudos y siempre que durante la preparación de las comidas manipules basura, pañales, dinero, etc.
- Lávate las manos después de ir al WC, estornudar, toser, sonarse, y después de tocar animales domésticos.
- Limpia las superficies y los utensilios de cocina antes de utilizarlos y, especialmente, después de manipular alimentos crudos, como carne, pescado, huevos, pollo, etc.
- Protege los alimentos y la cocina de insectos y animales domésticos.
- Lava y desinfecta las frutas y hortalizas, especialmente si se comen crudas.
SEPARA LOS ALIMENTOS COCINADOS DE LOS ALIMENTOS CRUDOS
- Separa siempre los alimentos crudos de los cocinados. Sepáralos también de los que se consumirán en crudo y ya están limpios.
- Utiliza utensilios de cocina diferentes (tenedores, cuchillos, platos, etc.) para manipular estos alimentos.
- En la nevera, conserva los alimentos crudos y los cocinados en espacios diferenciados y en recipientes tapados para evitar la contaminación entre ellos.
CUECE BIEN LOS ALIMENTOS
- El cocinado completo elimina los microorganismos peligrosos de los alimentos. Si no se alcanza la temperatura adecuada, los microorganismos sobreviven. Por eso, debes cocinar suficientemente los alimentos especialmente la carne, el pollo, los huevos y el pescado.
- Cocina los alimentos que contengan huevo a una temperatura superior a los 75°C en el centro del producto. Cuaja bien las tortillas.
- Los asados de carne y pollo tienen que llegar a los 75°C en el centro de la pieza. Asegúrate de que los jugos sean claros y no rosados.
- El recalentamiento a la temperatura suficiente mata los microorganismos que puedan haberse desarrollado durante la conservación del alimento.
- Recalienta bien la comida. Un alimento está suficientemente caliente cuando hay que dejarlo enfriar para poder consumirlo, aunque asegurándose de que alcanza esos 75ºC sería lo más aconsejable.
ENFRÍA
- Algunos microorganismos se multiplican muy rápidamente si la comida se conserva a temperatura ambiente. Por debajo de los 5°C y por encima de los 65°C el crecimiento de los microorganismos se retarda o eliminan.
- Prepara las comidas con la mínima antelación posible antes de consumirlas y, cuando esto no sea posible, consérvelas refrigeradas.
- Refrigera lo antes posible los alimentos cocinados. No los mantengas a temperatura ambiente durante más de dos horas.
- Reparte la comida en recipientes pequeños para facilitar su enfriamiento.
- Descongela los alimentos dentro del frigorífico o en el microondas justo antes de prepararlos; no los descongeles a temperatura ambiente.
- La temperatura de la nevera debe estar entre 0 y 4ºC y del congelador a -18ºC.
USA AGUA Y ALIMENTOS SEGUROS
- Usa agua potable.
- Lava y desinfecta las frutas y las verduras, especialmente si se consumen crudas.
- Recuerda no consumir alimentos después de su fecha de caducidad.
- Selecciona alimentos saludables y frescos.