¿Por qué tomamos uvas en Fin de Año?

No hay tradición más española que la de celebrar con uvas el fin de año. Pero, ¿qué sabemos acerca de esta tradición? ¿Por qué tomamos uvas? ¿Desde cuándo? ¿Por qué confiamos en que trae buena suerte? A continuación vamos a adentrarnos en un mundo de fiesta y alegría que evoca una de las noches más especiales del año.

La escena es bien conocida. Nos juntamos para cenar en casa de algún familiar o amigo, o en nuestro propio hogar, con nuestros seres queridos. Es la última noche del año, y el principio del que viene, y eso hay que celebrarlo. Empezamos con los entrantes, después vienen los platos principales bien regados por las bebidas o refrescos y, por último, algún postre o dulce típico de Navidad. Nos lo pasamos estupendamente bien entre risas y complicidades, pero se acerca la medianoche y todavía queda una tradición que cumplir: tomar las uvas.

Sobre el origen de esta tradición, hay varias fechas a tener en cuenta. Una es hacia finales del siglo XIX, cuando solían comerse uvas y champán en la cena de Nochevieja en las casas socialmente más acomodadas. Un grupo de madrileños algo más humildes decidió salir a comer las uvas en plena puerta del Sol según daban las campanadas y de una forma un poco más sarcástica. Y ahí cuentan algunas fuentes que quedó la costumbre. Pero no es la única versión acerca del nacimiento de esta tradición.

Empieza con buen pie: las uvas de Fin de Año, siempre con Ahorramas

Existe, sin embargo, otro posible origen del momento de tomar las uvas entre un año que se va y otro que llega. Nos transporta hasta el año 1909. En aquel año, al parecer, hubo una excelente cosecha de uvas en la zona de Alicante y los agricultores, queriendo darle salida al género excedente, tuvieron la idea de promover esta costumbre que llega hasta nuestros días. Sea como fuere, esta es una tradición que se ha ido haciendo cada vez más popular. De hecho, en la actualidad es ya una de las celebraciones que más gente congrega en muchas plazas de todo tipo de municipios españoles.

La razón por la que comemos uvas es por mantener la tradición de que nos darán buena suerte para el año entrante. Con cada una de ellas, hay incluso quien pide un deseo para los meses venideros. Seguro que muchos se cumplen. Además, se trata de un momento que se presta a muchas risas porque, reconozcámoslo, ¡no es tan fácil seguir el ritmo de una uva por cada campanada! Pero no te preocupes, porque en Ahorramas ya lo tenemos todo preparado para que no os falte de nada en una noche única.
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